jueves, 13 de marzo de 2014

Salsa es el nombre comúnmente utilizado para describir una mezcla de varios estilos de música cubana. La salsa no es un ritmo, sino un nombre comercial que se adoptó a principio de la década de los 70, para colocar bajo un techo una serie de movimientos que el público a nivel mundial confundía y no alcanzaba a diferenciar, como son los casos de la guaracha, el guaguancó, mambo, chachachá, boogaloo, y sobre todo, el son en donde se afinca la misma: en 1933 Ignacio Pineiro utiliza Echale salsita0.

He ido haciendo una recopilación de las falacias más comunes,  junto a las aclaraciones necesarias, para ayudar a los interesados en la materia. Veamos algunas: 

Cuando indagué por primera vez sobre el origen de la Fania, me dijeron que ese nombre, sello y manera de reunir a los mejores intérpretes, instrumentistas y músicos del momento, lo había ideado Johnny Pacheco. No fue así. Desde la aparición del sello Fania (1964) se decía que el nombre había sido creado por Johnny Pacheco.  Con el tiempo se comprobó que  lo cogió de un son cubano escrito por Reinaldo Bolaños, quien lo interpretó por la década del 50 con el  Conjunto Estrellas de Chocolate (Félix Alfonso, quien fuera bongosero  del Conjunto Chapottin) y cuyo título original es “Fanía funché”. Además, desde principios de los 50s, el pianista cubano Bebo Valdés había reunido a los mejores instrumentistas para formar su “Havana All Stars”( agrupación de jazz con percusión afro-cubana), para hacer sesiones de descargas, que posteriormente desarrollaran Cachao, el “Niño” Rivera, Peruchin, Julio Gutierrez, Guillermo Barreto, Tata Güines, entre otros, en las famosas “ CUBAN JAM SESSION”, donde se reunieron los mejores del sello PANART en el año 1957. Esto sirvió para que en N.Y, a principios de los 60s, aparecieran  “The Alegre All Stars”, lideradas por Charlie Palmieri, y producidas por el sello “Alegre Records” del desaparecido empresario Al Santiago. Todo esto aconteció antes de aparecer el sello Fania1.

El conocido tema “Quítate tú pa´ponerme yo”, tampoco fue escrito por Pacheco. Era parte de una obra de teatro que se llamaba así. Esta obra había sido montada en 1933 en Cuba, después de la caída de Machado, parodiando los  gobiernos de la época que fueron de poca duración. En la obra  se escenificaba el período de cada presidente con música alusiva: Zayas con música china; José Miguel Gómez con la Chambelona; Menocal con repique de timbales, y a Grau, a la sazón en el poder, con ”Buchipluma na mà” (Cristóbal Díaz Ayala, en su libro, MUSICA CUBANA: del Areyto a la Nueva Trova). Posteriormente en el año 1956, Rolando Fundora, pianista  de la Orquesta Sublime, compone “ Ahora bailo yo” y utiliza el estribillo “Quítate tu pa´ponerme yo”. El tema “Corso y Montuno” del LP PACHECO The Artist, lo registra con su autoría, cuando es un popurrit (Medley) de canciones hechas por Arsenio Rodríguez; y al tema ESA PRIETA, del mismo álbum, le cambió el nombre por el  original de Rafael Cueto que se llama ME LA LLEVO. En el tema, El Guiro de Macorina, dice: ‘Dile a Macorina que me toque el guiro... es una copia de: Dile a Catalina que se compre un guayo, sólo con un par de notas cambiadas. ‘Óyeme mulata’ es el mismo Son montuno de "Cangrejo fue a estudiar”.   Pacheco  realizó estos cambios y luego aparecía como el autor. Johnny Pacheco muy rara vez  daba crédito a las autorías; las ocultaba bajo la falacia de (DRA)1.

Otra falacia  esta ligada al concepto de SONERO. Se sigue confundiendo con el concepto de CANTANTE. Hay quienes piensan que cualquiera que canta es sonero. No todos los cantantes  son soneros, pero  todos los soneros son cantantes. Para ser sonero se necesita ser un intérprete íntegro; es decir,  tener  virtudes muy especiales. En primer lugar, se debe tener dominio absoluto e instintivo de la clave, patrón rítmico que se origina en África Occidental y fue estandarizado en Cuba; uso extenso  de elementos estilísticos como  la polirrítmia, la sintaxis, la jitanjáfora; buen fraseo; jugar y divertirse con la sonoridad de las palabras;  capacidad para improvisar e inspirarse  sin límites y de manera oportuna, fluida, creativa, renovadora y distinguida desde un tema dado a una circunstancia real o imaginaria1.
Si un cantante maneja todo lo antes citado puede considerarse  SONERO en todo el sentido de la palabra. Aconsejan los especialistas más rigurosos, no confundirlo con el simple rimador, repentista ó versificador, que con escasa cultura o inteligencia, pero gran agilidad, sólo alcanza a encontrar la coherencia entre las sílabas finales del verso mediante las cuales se debe establecer la consonancia. Es frecuente en Cuba referirse también como SONERO al artista que domina el arte de improvisar en su instrumento1.
Esto se puede observar en  la capacidad creativa de Ismael Rivera en   los temas Perfume de Rosas y Maquino Landera, en los cuales escuchamos a un sonero que no se circunscribe en el Montuno al espacio fijo entre coro y coro para improvisar. Por el contrario, continúa su soneo encima del coro, termina con él o luego de éste, pero siempre en clave.  Esta característica del soneo de Ismael se mantuvo presente a través de toda su carrera  como lo certifica su discografía inmortal1
El musicólogo César Miguel Rondón nos explica la influencia de Ismael en el soneo salsero de la manera siguiente: "Así como las innovaciones de Benny sirvieron para amoldar y representar el espíritu característico del 50, el son de Ismael (Rivera) serviría para representar  la Salsa que arrasaría en  los años 60. Visto  el soneo salsero debe  definirse con relación a Ismael Rivera,  porque fue él quien  perfiló y proyectó sus posibilidades más contundentes1.
 Se ha discutido mucho  también sobre quién le colocó el calificativo de “Sonero Mayor” a Ismael Rivera. Se dice que en julio de 1956, el “Bárbaro del Ritmo”, Benny Moré, compartió escenario con Cortijo y su Combo en la “Taberna INDIA” en San Juan, Puerto Rico. Benny solía ser muy generoso a la hora de halagar a sus amigos para hacerlos sentir bien y, en algunos casos, para ganarse la confianza de otros. Tal parece que ése fue su caso con Ismael Rivera, con quien entabló una gran amistad. Para entonces, Ismael no era reconocido como sonero. En aquellas fechas sólo había grabado cuatro piezas con la Orquesta Panamericana de Lito Peña, entre ellas la plena El charlatán (de Toñín Romero), que fue su primer éxito. En consecuencia, ¿De dónde Benny  sacó eso de “Sonero Mayor” para Maelo? Seguramente, en aquel momento hubiera sido más atinado llamarlo ”El Plenero Mayor” o “El Bombero Mayor”, de no ser por el inmenso Don Rafael Cepeda Atiles (1910-1987), claro está1.

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Referencia Bibliográfica:  

0: http://www.lastfm.es/tag/salsa 
1:Falacias de la salsa  Antonio Mercado 2014